En primer término, declaró Nieves Luján Acosta, sobreviviente de la Brigada de Investigaciones de La Plata y el Pozo de Banfield.
Acosta comenzó relatando su militancia en una Unidad Básica de La Plata, donde militaba junto a Daniel Mariani, Graciela Médici, Aued y Laura Carlotto, entre otros compañeros.
Contó que fue secuestrado de su domicilio junto con su esposa el 3 de agosto de 1977 y llevado a la Brigada, donde compartió cautiverio con Aued, Médici, Guido Carlotto, Cañas y Lidia Fernandez. Allí presos comunes le daban la comida que venía del Cuartel de Bomberos. Relató que durante la tortura pudo identificar al Subcomisario Trotta.
Luego fue llevado al Pozo de Banfield donde también pudo ver a la familia Moreno, Rafael Perrota, Iglesias, Aguero, Faiad, Cattanese entre otros. Finalmente el 13 de octubre de 1977 fue llevado a la Comisaría de Valentín Alsina, donde permaneció -en condición de desaparecido- hasta el 13 de diciembre de 1978.
Acosta, a pesar de haber declarado en la Causa 44, en el Juicio por la Verdad y en el juicio contra Miguel Osvaldo Etchecolatz, por primera vez resulta caso del juicio -ya que anteriormente solo habia testimoniado por algunos casos vistos en su detención- y por primera vez, también pudo relatar que su esposa también compartió el cautiverio. Contó que ella tuvo secuelas físicas y psíquicas y que le había pedido expresamente que no la mencionara por el temor que le producía que la citaran a declarar.
Luego continuó declarando Ana María Bossio, quien relató que su hermano Alberto Bossio, médico y Subdirector de Sanidad de la UNLP- militaba en Montoneros y había pasado a la clandestinidad en el año 1975.
Ana María relató que su hermano pasó por su casa y le dijo que la casa de calle 30 estaba "quemada" y había que sacar del lugar a dos criaturas. Una era Clara Anahi, y la otra Cecilia Porfidio. Contó que al llegar al lugar, luego de escuchar la explosión, un vecino le contó que su hermano había muerto en el techo de la casa, luego de gritar "Viva la patria, viva Montoneros!". Relató también que su esposo Leonardo Miceli fue asesinado por la CNU durante la dictadura.
Continuó Nilda Aued, hermana y cuñada de dos víctimas de la Brigada de Investigaciones que continúan desaparecidos: Roberto Aued y Graciela Médici. Nilda militaba en la misma Unidad Básica y Ddaniel Mariani solía quedarse a dormir en su casa, al igual que Laura Carlotto.
Contó que fue a la casa de su hermano y un vecino le dijo que no entrara, que se los habian llevado envueltos en frazadas y habían matado a Daniel Mariani en la puerta del lugar.
Nilda contó también que en el hecho intervino la Comisaría 4ta, ya que junto con Estela Carlotto etiraron la llave de la casa en ese lugar.
Tres meses después supo que su hermano y cuñada estaban en la Brigada, por los dichos de Guido Carlotto. Y años después, Nieves Acosta le contó que vio a hermano en el Pozo de Banfield y a Graciela embarazada ya de seis meses.
Finalmente declararon los médicos policiales Nestor De Tomas y Héctor Darbón, quienes firmaron los certificados de defunción de las víctimas de calle 30. Tal como en sus testimonios previos en el Juicio por la Verdad negaron haber hecho los reconocimientos, justificando esto en la forma de trabajo de la época.
Declaró también Héctor Amuchástegui, Jefe de Logística del Regimiento 7, quien participó en el operativo de Calle 30. Justicia Ya solicitó que el testimonio se ciñera exlcusivamente a ese hecho, por encontrarse Amuchástegui imputado por el rol que cumplió durante la última dictadura. Tal como en testimonios anteriores, negó que el Ejército haya disparado la bazooka o mortero.
Al finalizar la jornada, como ya resulta una cosstumbre, Cozzani pidió ampliar su declaración testimonial, sobre los hechos de calle 30. Manifestó su enojo con la cobardía de Amuchastegui y negó tener algún tipo de pacto con Etchecolatz, quien también solicitó ampliar su indagatoria. El Tribunal, dado lo avanzado de la jornada, decidió postergarla para el día martes.
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