lunes, 14 de noviembre de 2011

19 y 20 AUDIENCIAS

Reproducimos notas del Diario Diagonales sobre ambas audiencias:


AUDIENCIA 19: FINALIZAN LOS TESTIMONIOS DE CALLE 30  

Con las declaraciones de la perito de la Comisión Provincial por la Memoria, Claudia Bellingeri, quien reveló que la pequeña Clara Anahí estaba fichada como “delincuente subversiva” por la inteligencia de la policía bonaerense; del cuñado de una víctima, Florencio Gabriel Quiroga; y de la hija de la ex mujer de un acusado, Viviana Cantín; concluyó ayer la etapa testimonial por el ataque del 24 de noviembre de 1976 a la casa de calle 30 entre 56 y 57, donde fueron asesinadas, al menos, cinco personas y robada la bebe de tres meses, Clara Anahí, a quien su abuela María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani continúa buscando.

En la audiencia de hoy del juicio a 26 imputados, declararán testigos por los delitos de lesa humanidad cometidos en comisaría Quinta de La Plata, que junto con los centros clandestinos de detención que funcionaron en el Destacamento de Arana y la Brigada de Investigaciones, formaron parte de la red de centros del Circuito Camps.

El ataque a la casa de calle 30 Nº1136 entre 55 y 56 es el primero de los casos más destacados que se ventilarán en este juicio, que investiga los crímenes cometidos en tres centros clandestinos de detención que funcionaron bajo el ámbito de la Policía Bonaerense durante la dictadura de 1976-1983, y en el que están imputados 22 policías, tres militares y un civil.

En el debate se investigarán, además, los casos de los secuestros de los estudiantes secundarios de la “La noche de los Lápices”, ocurrida el 16 de septiembre de 1976; el secuestro del “grupo Graiver” y parte del gobierno de Bidegain; y el secuestro del periodista y dueño del diario La Opinión, Jacobo Timmerman, entre muchos de los 283 casos de secuestros, muertes, desapariciones y apropiaciones de menores.

En la audiencia de hoy declararán los testigos Oscar Bustos, Rubén Saposnik y Mario Colonna, por los hechos ocurridos en la comisaría Quinta. Esa seccional integraba junto con el Destacamento de Arana y la Brigada de Investigaciones, el “circuito” de centros que llevan el nombre del jefe de la policía bonaerense durante la dictadura, coronel Ramón Camps.
TESTIMONIOS.  En la audiencia de ayer declararon tres testigos por los hechos ocurridos en la casa del matrimonio Daniel Mariani y Diana Teruggi, donde fueron asesinados la mujer, y los militantes peronistas Daniel Mendiburu Eliçabe, Roberto César Porfidio, Juan Carlos Peiris y Alberto Oscar Bossio, y fue robada la beba Clara Anahí, hechos por los que están imputados Rodolfo Aníbal Campos, Miguel Etchecolatz, Hugo Guallama, Carlos García, Domingo Almeida y Elizardo Luján.

Una de ellas fue la perito judicial de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), Claudia Bellingeri, quien proyectó documentos del Archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (Dippba) sobre esos hechos y las víctimas.

“Hemos expuesto las fichas que tenían Daniel Mariani y Diana Teruggi y las otras víctimas del ataque a casa de calle 30. Y también hemos mostrado la ficha que se elaboró sobre Clara Anahí. Tal vez eso sea lo más llamativo, porque nos impone preguntarnos cómo fue que Clara Anahí llegó a tener esta ficha a los cuatro meses de vida. Cómo fue que esa niña llegó a ser considerada una delincuente subversiva”, se preguntó Bellingeri tras declarar.

Ante los jueces, la perito mostró fichas y legajos que habían sido archivados por la policía bajo el rótulo “Mesa DS”, siglas de Delincuentes Subversivos.

“En la primer foja del legajo, lo que tenemos es el relato de la Unidad Regional La Plata, que cuenta el 25 de noviembre lo que había ocurrido el 24”, comenzó la perito a explicar al público y al Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1.

Relató también que ese legajo se completaba con materiales de prensa, de “artículos de medios locales que reproducen la información policial sin dar nombres, aunque habla de un policía muerto y siete delincuentes subversivos”, detalló.

“Además destaca la presencia en el lugar del jefe de la policía, Ramón Camps, del jefe del primer cuerpo de Ejército, Carlos Suarez Manson, y del jefe de la Décima Brigada de Infantería, Adolfo Sigwal. Este es el primer archivo que aparece que deja registro del ataque a la casa de calle 30”, completó.

También exhibió el pedido de investigación elevado desde el Batallón de Inteligencia 601 a la Dippba solicitando se investiguen datos sobre la ginecóloga y la dentista que atendieron a Diana Teruggi y a Daniel Mariani, y mostró fichas y legajos de las víctimas del ataque a la casa de calle 30.

“Algunas de las víctimas tenían órdenes de captura previas al 24 de noviembre, lo que da cuenta de cómo fue la persecución política a la militancia. Los documentos de la inteligencia policial que hemos aportado a la justicia permiten ver como se articuló esa persecución a militantes que luego fueron detenidos-desaparecidos y es un dato no menor saber que venían siguiendo esta participación política”, dijo.

Pero también, la perito mostró los legajos de Chicha Mariani, con los que se evidenció el seguimiento a la mujer y a otras Abuelas, incluso con posterioridad a 1983, tras la caída de la dictadura militar.


AUDIENCIA 20:  EL CIRCUITO  ARANA- BRIGADA- QUINTA

Tres sobrevivientes relataron sus secuestros y revivieron su cautiverio en los centros clandestinos de detención de Arana, comisaría Quinta, Brigada de Investigaciones de La Plata y otras dependencias bonaerenses, en el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el circuito Camps que tiene por imputados a 22 policías, tres militares y un civil. Como se tomó el criterio de abordar los casos en orden cronológico, ayer hablaron ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) Nº1 los sobrevivientes Daniel Oscar Bustos y Mario Ernesto Colonna, ambos secuestrados y torturados en Arana a mediados de 1976. El segundo relató su secuestro y la desaparición de su hermano, señaló al capitán Gustavo Adolfo Cacivio, responsable de la Side La Plata en la dictadura, como el hombre que lo interrogó antes de ser llevado a la tortura y denunció al mediático ex comisario Luis Vicat como integrante de la Dirección de Inteligencia policial. También testimonió Fernando Eustaquio Adamow, quien contó que fue secuestrado en dos oportunidades, y recordó que en la seccional de diagonal 74, entre 23 y 24, permaneció cautivo durante 60 días.

La vigésima audiencia del juicio arrancó a las 10.30 en el ex teatro de la Amia, en 4 entre 51 y 53, con los casos de secuestro y desaparición tomados en orden cronológico, lo que se espera que revele cómo se fueron organizando los centros clandestinos que funcionaron a partir de marzo de 1976 bajo la órbita de la policía Bonaerense. Los primeros testigos contaron sus desapariciones ocurridas en junio de ese año.  

Ernesto Colonna fue diputado provincial en 2003, y actualmente es subsecretario de relaciones interprovinciales en Rio Negro. Viajó desde la ciudad rionegrina de Cinco Saltos para contar que junto a su hermano Juan Carlos, quien aún permanece desaparecido, fue secuestrado alrededor de las 3 de la mañana del 30 de julio en su departamento de 68 Nº 621.

“El 29 de julio, me acuerdo muy bien, estábamos en el departamento con un grupo de amigos y como era el único que tenía televisión habían venido a ver un partido que jugaba este club que juega ahora los sábados, River, con Cruzeiro”, chanceó Colonna y provocó risa en la sala.
El testigo recordó que en su departamento estaba Carolina de Lugones, que había viajado desde Neuquén a buscar a su hijo, David Lugones, quien según supieron por Monseñor Plaza, había sido secuestrado por el Batallón de Infantería de Marina Nº3 (BIM3).

Pero esa noche, contó, se los llevaron a él y a su hermano, ambos militantes peronistas.
“Supe que era a Juan Carlos a quien venían a buscar. Él militaba en la Juventud Peronista y era secretario de organización en la Unidad Básica del barrio El Churrasco, en Tolosa”, contó. Y recordó que en diferentes autos fueron llevados por sus secuestradores a realizar una recorrida por ese barrio y Ringuelet donde secuestraron a otros militantes, entre ellos al Secretario General del local, Alberto Perego.

Colonna estaba casado, tenía una hija de tres años y esperaba otra. Trabajaba en el frigorífico Swift y su hermano en el Astillero Río Santiago y sabían lo que estaba pasando. “Sabíamos que estaban secuestrando y asesinando compañeros”, recordó.

Según el testigo, todos fueron llevados al centro clandestino de Arana que funcionó en la estancia La Armonía, que hoy pertenece al regimiento Nº 7. Explicó que allí todos fueron torturados con picana eléctrica y que a su hermano y un grupo de compañeros les hicieron simulacros de fusilamiento.

Antes de ser torturado, Colonna fue interrogado en un escritorio donde pudo ver a quien identificó como “el capitán Cacivio”, de la Side de La Plata.

“En Arana estuvimos con mi hermano hasta el sábado 8 de agosto. Ahí todos los días a él y a Perego los sacaban, los golpeaban, les hacían simulacros de fusilamientos”, recordó.
El periplo del testigo continuó por la Brigada de Quilmes, donde permaneció hasta el 30 de noviembre, cuando fue trasladado a la comisaría Tercera de Valentín Alsina. El 14 de diciembre del '76 fue trasladado a la Unidad 9, donde fue recibido con una golpiza que el año pasado relató ante el mismo tribunal durante el juicio a los 14 penitenciarios. Finalmente fue llevado a la cárcel de Caseros y liberado en 1981.


“Los gritos de las mujeres son imborrables”
Daniel Oscar Bustos militaba en la JP cuando el 28 de julio fue interceptado en Las Flores cuando viajaba hacia La Plata, y traslado al regimiento de Azul. Volvía de Olavarría, donde se había escondido luego de que el 24 de marzo de 1976 la dictadura allanara su casa. El testigo relató ayer su secuestro en Arana y revivió los horrores de la tortura.

“Estaba exiliado en Olavarría y me tuve que volver porque hacían rastrillajes manzana por manzana y comprometía a mis familiares”, relató el testigo. Y recordó que fue interceptado por la policía caminera de Las Flores y entregado al Ejército, que después de torturarlo en el Regimiento de Azul, lo trasladó a La Plata.

Al destacamento de Arana llegó el 30 de julio de  1976 y permaneció detenido hasta agosto.
“Estábamos todos en un cuarto, atados con alambre en manos y pies, encapuchados, tirados boca abajo”, contó, y recordó que las torturas eran permanentes: “Todavía lo recuerdo, es imborrable, escuchar los gritos desgarradores de las mujeres siendo torturadas”.

El testigo fue trasladado en agosto a la comisaría de Valentín Alsina y luego a la U9 de donde fue liberado el 29 de noviembre de 1980.
TESTIMONIO. El tercer testigo fue Fernando Eustaquio Adamow, quien fue secuestrado dos veces dos veces en Mar del Plata. La segunda vez fue el 23 de febrero de 1977. Fue trasladado a La Plata, y pasó por la Brigada de Investigaciones y la comisaría Quinta. 

Según relató, después de diez días en la Brigada fue trasladado a la seccional de diagonal 74, donde permaneció 60 días.

martes, 8 de noviembre de 2011

17 AUDIENCIA. CALLE 30.FORASTIERO DETENIDO POR FALSO TESTIMONIO

Lunes 7 de noviembre.- Hoy continuaron las audiencias con testimonios de los hechos de calle 30. En primer lugar, declaró Mauricio Jorge Peiris, hermano de Juan Carlos Peiris, uno de los asesinados en la calle 30.
Peiris realizó un conmovedor relato, que reflejó el efecto de la desaparición en su entorno familiar.
Contó que vio a su hermano por última vez en Bahía Blanca -a mediados de 1976- y no supo nunca más nada de él hasta 27 años después, cuando se encontró con Chicha Mariani quien le contó lo sucedido.
Relató que Juan Carlos escapó de la persecución del Quinto Cuerpo de Ejército y luego la policía lo buscó en su casa. Por ese motivo, desistió por cuestiones de seguridad de encontrarse con Juan Carlos, que se iba de Bahía Blanca. "  ... sin saber que hubiera sido la última vez que lo veía".
Peiris relató luego que cuando llegó a la casa de su madre, donde vivía su hermano, la encontró saqueada y lamentó que "había cosas que tenían que ver con la vida, con la historia. La clásicas cajas con las   fotos de cartón grueso de los abuelos, hasta las últimas..."
Verónica Bogliano le preguntó como continuó su vida. "Fue muy difícil, con mucho miedo, un miedo que yo no se describir, un miedo muy especial, no creo que se pueda entender si uno no pasa por esa situación. Miedo por mi, por mi familia, a que mi hermano se comunique y lo descubran, cuando llegaba a mi casa y doblaba la esquina  miedo de encontrar un  autos policial, cada vez que sonaba el teléfono o golpeaban la puerta. Hasta convencido que me iban a agarrar a mí"
 Contó que se fue de Bahía Blanca, vivió en varios pueblos y que durante 27 años  la ilusión de que estuviera vivo, perdido, se mezclaba con la duda de si lo habrían arrojado al mar o torturado hasta morir.
Durante el año 1976 recibió algunas cartas de Juan Carlos que destruía por seguridad, y luego ante el silencio "le seguí contando a mi mamá cartas que no existían" 

Luego declaró Mabel susana Suárez, quien fuera concubina de Guallama. Suárez solicitó que los imputados se retiraran de la sala, cosa que inicialmente Guallama se negaba a hacer. 
Suárez relató que Guallama la llevó a calle 30, le contó del operativo que allí se había realizado, que él mató por la espalda a una chica que salía con un bebé y que luego sacó a la beba  y la llevó a un auto.
Durante el relato, surgió también el maltrato al que sometió Guallama a su familia, del cual afirmó que nunca se recuperó.También el ataque a tiros al novio de su hija, dentro de la casa familiar.
Suárez contó que posteriormente salió en el diario una nota sobre calle 30 y que una amiga -de la cual ante preguntas de la defensa se negó a dar el nombre- le aconsejó concurrir a la Comisión por la Memoria y denunciar los hechos.
Relató también que Guallama al momento de la "visita" a calle 30, le mencionó que era amigo de una partera, que vivía en calle 60 o 61 yendo de 30 a circunvalación, lo cual de alguna manera se relacionaba con lo sucedido.
 Desde el estrado, pudo percibirse que en forma constante durante la declaración, sonó el teléfono de Suárez. 

A continuación, declaró quien al momento de los hechos era el Jefe de la Delegación de la Policía Federal, Juan Rafael Pochelou. La declaración fue brevísima, ya que a poco de comenzar, al describir como había llegado a la casa Mariani -lo que implicó autoincriminarse- el Tribunal decidió suspender la declaración testimonial por mayoría.
Finalmente, declaró quien fuera el Jefe de Infanteria  (1 y 60) durante la dictadura. Justicia Ya advirtió que se encontraba imputado en causas que se encuentran en la instrucción, por lo cual solicitó que el testimonio se ciñera a los hechos de calle 30.
Forastiero realizó una declaración contradictoria, que pronto se tornó insostenible y provocó la indignación del público y de las partes, por el descaro con el cual "no recordaba", o pretendía que su presencia en la casa Mariani había sido "de paso, para preguntar a quién habian herido". Forastiero logró lo que pocos:  en un momento se escuchó a Cozzani decir "qué hijo de puta!" . 
El interrogatorio fue muy prolongado y luego de un cuarto intermedio -de cinco minutos, que se convirtieron en más de treinta- donde el testigo permaneció sentado en el estrado, el Tribunal le informó que debido a las contradicciones, reticencias y negativas, quedaba detenido a disposición del Juzgado de turno por el delito de falso testimonio.
Al finalizar la audiencia, se informó que el Tribunal decidió denegar por extemporáneo el pedido de la defensa de Etchecolatz, quien había solicitado un perito planimétrico y uno balístico para la inspección ocular de calle 30 mañana. 
Ante esta circunstancia, Etchecolatz desistió de presenciar la inspección, por lo que se hará sin imputados a partir de las 12 del mediodía. 

Secretaría DDHH CTA La Plata-Ensenada


martes, 1 de noviembre de 2011

16 AUDIENCIA: LA VOZ DE LOS GENOCIDAS

Fue una larga jornada la de hoy. Etchecolatz declarando nuevamente,  aconsejando a los "jovenes querellantes" que busquen la verdad mientras sembraba más mentiras sobre los sucesos de la casa Mariani y el destino de Clara Anahí. Reconociò haber estado en el techo, junto a Camps, e intentó cargar toda la responsabilidad de lo sucedido en el personal del Ejército. Pidió una "reconstrucción del hecho" con perios balísticos y planimétricos.
Monseñor Graselli, secretario del Vicario Castrense Tortolo, quien recolectó más de 2500 fichas de pedidos de familiares durante la dictadura, no logró ninguna respuesta del Ministerio del Interior y no recuerda absolutamente nada ni a nadie.
La declaración de Graselli motivó un pedido al Tribunal de la abogada que representa a Chicha Mariani, ya que no se le había informado a las partes que declararía en el día de hoy. Justicia Ya solicitó que el testimonio no incluyera preguntas sobre hechos del Pozo de Banfield, ya que en el año 2008 -y sin resolución judicial a la fecha- imputó a Graselli junto a los demas genocidas del Pozo de Banfield.

Luego testimoniaron los policías Urquiza y Torres. Justicia Ya solicitó en ambos casos que los testimonios no incluyeran preguntas sobre  hechos sucedidos en Arana, donde ambos fueron imputados por la querella en el año 2008-.
Torres, si bien dijo desconocer los hechos de calle 30, reconociò la existencia de desaparecidos en la Comisaría Quinta y recordó un operativo luego del cual llevaron a las víctimas a esa repartición. Por la descripción, resultaría ser el operativo en el cual fueron secuestrados Campano, De la Cuadra, Baratti, Bonín y Fraccaroli.
También destacó que Machuca -imputado en esta causa solo por sucesos de la Brigada de Investigaciones- quien iba de civil a la Comisaría, entraba y pasaba incluso al "area restringida".
Finalmente -tampoco anunciado para el día de hoy- declaró quien era chofer de Camps, Enrique Alberto Gil. Relató que lo llevó a Camps a la calle 30, pero que luego "lo perdió de vista".

El próximo lunes continuarán las audiencias.

Secretaria DDHH CTA La Plata-Ensenada