Lunes 7 de noviembre.- Hoy continuaron las audiencias con testimonios de los hechos de calle 30. En primer lugar, declaró Mauricio Jorge Peiris, hermano de Juan Carlos Peiris, uno de los asesinados en la calle 30.
Peiris realizó un conmovedor relato, que reflejó el efecto de la desaparición en su entorno familiar.
Contó que vio a su hermano por última vez en Bahía Blanca -a mediados de 1976- y no supo nunca más nada de él hasta 27 años después, cuando se encontró con Chicha Mariani quien le contó lo sucedido.
Relató que Juan Carlos escapó de la persecución del Quinto Cuerpo de Ejército y luego la policía lo buscó en su casa. Por ese motivo, desistió por cuestiones de seguridad de encontrarse con Juan Carlos, que se iba de Bahía Blanca. " ... sin saber que hubiera sido la última vez que lo veía".
Peiris relató luego que cuando llegó a la casa de su madre, donde vivía su hermano, la encontró saqueada y lamentó que "había cosas que tenían que ver con la vida, con la historia. La clásicas cajas con las fotos de cartón grueso de los abuelos, hasta las últimas..."
Verónica Bogliano le preguntó como continuó su vida. "Fue muy difícil, con mucho miedo, un miedo que yo no se describir,
un miedo muy especial, no creo que se pueda entender si uno no pasa por esa
situación. Miedo por mi, por mi familia, a que mi hermano se comunique y lo
descubran, cuando llegaba a mi casa y doblaba la esquina miedo de encontrar un autos
policial, cada vez que sonaba el teléfono o golpeaban la puerta. Hasta
convencido que me iban a agarrar a mí"
Contó que se fue de Bahía Blanca, vivió en varios pueblos y que durante 27 años la ilusión de que estuviera vivo, perdido, se mezclaba con la duda de si lo habrían arrojado al mar o torturado hasta morir.
Durante el año 1976 recibió algunas cartas de Juan Carlos que destruía por seguridad, y luego ante el silencio "le seguí contando a mi mamá cartas que no existían"
Luego declaró Mabel susana Suárez, quien fuera concubina de Guallama. Suárez solicitó que los imputados se retiraran de la sala, cosa que inicialmente Guallama se negaba a hacer.
Suárez relató que Guallama la llevó a calle 30, le contó del operativo que allí se había realizado, que él mató por la espalda a una chica que salía con un bebé y que luego sacó a la beba y la llevó a un auto.
Durante el relato, surgió también el maltrato al que sometió Guallama a su familia, del cual afirmó que nunca se recuperó.También el ataque a tiros al novio de su hija, dentro de la casa familiar.
Suárez contó que posteriormente salió en el diario una nota sobre calle 30 y que una amiga -de la cual ante preguntas de la defensa se negó a dar el nombre- le aconsejó concurrir a la Comisión por la Memoria y denunciar los hechos.
Relató también que Guallama al momento de la "visita" a calle 30, le mencionó que era amigo de una partera, que vivía en calle 60 o 61 yendo de 30 a circunvalación, lo cual de alguna manera se relacionaba con lo sucedido.
Desde el estrado, pudo percibirse que en forma constante durante la declaración, sonó el teléfono de Suárez.
A continuación, declaró quien al momento de los hechos era el Jefe de la Delegación de la Policía Federal, Juan Rafael Pochelou. La declaración fue brevísima, ya que a poco de comenzar, al describir como había llegado a la casa Mariani -lo que implicó autoincriminarse- el Tribunal decidió suspender la declaración testimonial por mayoría.
Finalmente, declaró quien fuera el Jefe de Infanteria (1 y 60) durante la dictadura. Justicia Ya advirtió que se encontraba imputado en causas que se encuentran en la instrucción, por lo cual solicitó que el testimonio se ciñera a los hechos de calle 30.
Forastiero realizó una declaración contradictoria, que pronto se tornó insostenible y provocó la indignación del público y de las partes, por el descaro con el cual "no recordaba", o pretendía que su presencia en
la casa Mariani había sido "de paso, para preguntar a quién habian
herido". Forastiero logró lo que pocos: en un momento se escuchó a Cozzani decir "qué hijo de puta!" .
El interrogatorio fue muy prolongado y luego de un cuarto intermedio -de cinco minutos, que se convirtieron en más de treinta- donde el testigo permaneció sentado en el estrado, el Tribunal le informó que debido a las contradicciones, reticencias y negativas, quedaba detenido a disposición del Juzgado de turno por el delito de falso testimonio.
Al finalizar la audiencia, se informó que el Tribunal decidió denegar por extemporáneo el pedido de la defensa de Etchecolatz, quien había solicitado un perito planimétrico y uno balístico para la inspección ocular de calle 30 mañana.
Ante esta circunstancia, Etchecolatz desistió de presenciar la inspección, por lo que se hará sin imputados a partir de las 12 del mediodía.
Secretaría DDHH CTA La Plata-Ensenada
No hay comentarios:
Publicar un comentario